La evaluación en su sentido intrínseco se refiere básicamente al estudio de las condiciones que afectaran el proceso de aprendizaje a las maneras como este se origino, al estudio de aquellos aprendizajes que no estando previstos curricularmente ocurrieron en el proceso grupal, en un intento por comprender el proceso educativo.
Como una parte importante de los procesos educativos que es, la evaluación ha estado sujeta a la variabilidad de las teorías mantenidas sobre el concepto de educación. Y tantas cuantas definiciones se han dado sobre el hecho educativo, han transportado sus respectivos matices al ámbito de la evaluación.
Sin pretender hacer un recorrido exhaustivo sobre el concepto de evaluación señalaremos algunos hitos importantes en el desarrollo del concepto.
Uno de los padres de la evaluación, desde el punto de vista científico es R. W. Tyler que, pretendiendo examinar la efectividad de ciertos currículos innovadores y las estrategias para su desarrollo, lo que pretende conoce es “en que medida son alcanzados lo objetivos educativos diseñados”. Tyler (1969) es fiel exponente de un grupo de autores que conciben la evaluación como un proceso sistemático para determinar hasta que punto logran los alumnos los objetivos de la educación. De sus para siempre, como que:
• La evaluación es un proceso.
• Evaluar no es medir o recoger información, sino también valorar la información recogida.
• Los objetivos son un criterio de referencia para evaluar.
Más tarde, Cronbach (1963), rechazando el planteamiento Tayleriano sobre los objetivos previamente establecidos, coloca como punto de partida de la evaluación el tipo de decisión a la que la evaluación pretende servir, y la define como “el proceso de recopilación y utilización de la información para tomar decisiones”.
Scriven (1967), que describe la evaluación como “el proceso por el que se determina el merito o valor de alguna cosa”, reitera el valor prioritario de las decisiones, pero realiza otras aportaciones conceptuales interesantes como distinguiendo entre evaluación formativa y evaluación sumativa.
Cronbach y Scriven hablan ya de una evaluación mas sistemática, al tiempo que rechazan abiertamente la naturaleza critica de la evaluación y abogan por un planteamiento del evaluador como “un educador cuyo éxito a de ser juzgado por lo que los demás aprenden” (Cronbach 1980), mas que como un juez que decide quien actúa bien o mal.
Pager (1962) la define como el "acto de comparar una medida con un estándar y emitir un juicio basado en la comparación”.
Otros dos prestigiosos especialistas Stufflebeam y Shinkfiel (1987) nos proporcionan una definición bastante comprensiva y próxima al concepto actual de evaluación, como “el proceso de identificar, obtener y proporcionar información útil y descriptiva, acerca del valor y el merito de las metas, la planificación y la realización de un objeto determinado, con el fin de servir de guía para la toma de decisiones, solucionar los problemas de responsabilidad y promover la comprensión de los fenómenos implicados”.
Igualmente conocida es la de Tenbrick (1984): “proceso de obtener información y usarla para formar juicios que a su vez se utilizaran en la toma de decisiones”.
La conexión entre la evaluación y la toma de decisiones e4n educación es un principio ampliamente aceptado por la evaluación moderna asiendo el principal representante de esta propuesta Stufflebeam (1987) el cual define la evaluación como proceso de delinear, obtener y proveer información útil para juzgar entre alternativas su decisión.
En una línea muy similar Guba y Lincoln (1981) sugerían que la evaluación “de interés naturalista” debería ser implementada a través de un proceso que incluyera cuatro estadios:
1. Iniciación y organización de la evaluación.
2. Identificación de las cuestiones principales e interrogantes a plantear.
3. Recogida de la información necesaria.
4. Resultados sobre los que ha de informarse y recomendaciones que deben ser efectuadas.
Como una parte importante de los procesos educativos que es, la evaluación ha estado sujeta a la variabilidad de las teorías mantenidas sobre el concepto de educación. Y tantas cuantas definiciones se han dado sobre el hecho educativo, han transportado sus respectivos matices al ámbito de la evaluación.
Sin pretender hacer un recorrido exhaustivo sobre el concepto de evaluación señalaremos algunos hitos importantes en el desarrollo del concepto.
Uno de los padres de la evaluación, desde el punto de vista científico es R. W. Tyler que, pretendiendo examinar la efectividad de ciertos currículos innovadores y las estrategias para su desarrollo, lo que pretende conoce es “en que medida son alcanzados lo objetivos educativos diseñados”. Tyler (1969) es fiel exponente de un grupo de autores que conciben la evaluación como un proceso sistemático para determinar hasta que punto logran los alumnos los objetivos de la educación. De sus para siempre, como que:
• La evaluación es un proceso.
• Evaluar no es medir o recoger información, sino también valorar la información recogida.
• Los objetivos son un criterio de referencia para evaluar.
Más tarde, Cronbach (1963), rechazando el planteamiento Tayleriano sobre los objetivos previamente establecidos, coloca como punto de partida de la evaluación el tipo de decisión a la que la evaluación pretende servir, y la define como “el proceso de recopilación y utilización de la información para tomar decisiones”.
Scriven (1967), que describe la evaluación como “el proceso por el que se determina el merito o valor de alguna cosa”, reitera el valor prioritario de las decisiones, pero realiza otras aportaciones conceptuales interesantes como distinguiendo entre evaluación formativa y evaluación sumativa.
Cronbach y Scriven hablan ya de una evaluación mas sistemática, al tiempo que rechazan abiertamente la naturaleza critica de la evaluación y abogan por un planteamiento del evaluador como “un educador cuyo éxito a de ser juzgado por lo que los demás aprenden” (Cronbach 1980), mas que como un juez que decide quien actúa bien o mal.
Pager (1962) la define como el "acto de comparar una medida con un estándar y emitir un juicio basado en la comparación”.
Otros dos prestigiosos especialistas Stufflebeam y Shinkfiel (1987) nos proporcionan una definición bastante comprensiva y próxima al concepto actual de evaluación, como “el proceso de identificar, obtener y proporcionar información útil y descriptiva, acerca del valor y el merito de las metas, la planificación y la realización de un objeto determinado, con el fin de servir de guía para la toma de decisiones, solucionar los problemas de responsabilidad y promover la comprensión de los fenómenos implicados”.
Igualmente conocida es la de Tenbrick (1984): “proceso de obtener información y usarla para formar juicios que a su vez se utilizaran en la toma de decisiones”.
La conexión entre la evaluación y la toma de decisiones e4n educación es un principio ampliamente aceptado por la evaluación moderna asiendo el principal representante de esta propuesta Stufflebeam (1987) el cual define la evaluación como proceso de delinear, obtener y proveer información útil para juzgar entre alternativas su decisión.
En una línea muy similar Guba y Lincoln (1981) sugerían que la evaluación “de interés naturalista” debería ser implementada a través de un proceso que incluyera cuatro estadios:
1. Iniciación y organización de la evaluación.
2. Identificación de las cuestiones principales e interrogantes a plantear.
3. Recogida de la información necesaria.
4. Resultados sobre los que ha de informarse y recomendaciones que deben ser efectuadas.
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